El Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina hace referencia a un problema neuroconductual que mayormente afecta la capacidad de pensar, la memoria y el comportamiento general total. Puede presentar síntomas leves como olvidos, falta de respuesta frente a comandos; y otros más intensos, como demencia canina en los casos más extremos.
El Síndrome de Disfunción Canina (SDC) por lo general aparece en los perros más ancianos junto con los signos de envejecimiento, pero también se ha detectado en perros y gatos aparentemente sanos solamente de entre 6 y 7.7 años de edad, respectivamente.
En una encuesta internacional se estimó que el 14,2 % de los perros ancianos sufren del SDC.
En el estudio también se descubrió que únicamente el 2 % de los perros que tenía signos clínicos coincidentes con el SDC había sido diagnosticado con el trastorno por un veterinario.
El SDC se puede diagnosticar con preguntas simples acerca del comportamiento de la mascota durante una visita veterinaria.
Con el acrónimo DISHAAL, creado por Gary Landsberg (Diplomado en Medicina Veterinaria: DVM; Diplomado en la Universidad Americana de Comportamiento Veterinario: DACVB; Diplomado en la Universidad Europea en Bienestar Animal y Medicina Comportamental en Animales de Compañía: DECAWBM), mantener un historial de cada visita veterinaria puede ayudar a identificar cambios en el comportamiento de la mascota y el funcionamiento cognitivo.
Si el veterinario no pregunta estas cosas, te puede pasar que a vos no se te ocurra hablar de cambios en el comportamiento porque se los podés atribuir a los cambios "por envejecimiento". Pero prestarle atención a cualquier cambio en el comportamiento de tu perro y hablar con tu veterinario acerca de estas observaciones puede ayudar a realizar un diagnóstico temprano.
DISHAAL significa:
Los cambios en el comportamiento, como por ejemplo, alteraciones en el ciclo del sueño y mirar fijo la pared y el piso de la casa, son las razones más frecuentes por las que los dueños de mascotas van a consultarle a la Dra. Albright, cuando los síntomas de SDC comienzan a ser más severos. "Los dueños de mascotas pueden soportar el resto de las cosas, pero no la falta de sueño", dice ella.
Si tu perro está manifestando alguno de los síntomas enumerados anteriormente o desarrolló un cambio en el comportamiento o en la personalidad, es una buena idea para tu perro que lo lleves al veterinario, para que puedas contarle lo que te preocupa acerca del SDC y descartar cualquier otra condición, como artritis u otros dolores, problemas de visión o cambios en la audición, que podrían causar síntomas similares.
Es importante prestar atención y controlar si hay alguno de los síntomas mencionados, como cambios en los patrones de sueño, falta de respuesta frente a los comandos o llamadas y comportamientos compulsivos nuevos, como por ejemplo el ritmo en los perros ancianos, ya que podrían ser síntomas de SDC.
Debido a la gran cantidad de casos de demencia y a que hay pocos tratamientos convencionales efectivos, la prevención es primordial.
Varias de las estrategias de prevención más importantes incluyen:
Al igual que los humanos, al envejecer, los perros pueden desarrollar un síndrome de trastorno cognitivo canino, y al haber millones de perros en el mundo que tienen más de 11 años, si tenés un perro de esa edad, existe la posibilidad de que desarrolle SDC.
De acuerdo a un estudio realizado en Julio de 2001, en la publicación de la American Veterinary Association (la Asociación Americana Veterinaria), el 28 % de los perros de entre 11 y 12 años de edad y alrededor del 50 % de los perros de 13 a 14 años de edad tienen, por lo menos, una disfunción cognitiva.
Lo que significa que pueden tener signos como pérdida de memoria, desorientación dentro de la casa o jardín, actitudes de confusión frecuentes o de ansiedad, e incluso se pueden perder detrás de un mueble o atorarse en una esquina. O repentinamente pueden perder el entrenamiento dentro de la casa y actuar como si se hubieran olvidado de la razón por la que salieron al patio y luego vuelven a entrar a la casa y hacer sus necesidades ahí.
Su interacción social con los miembros de la familia puede cambiar y, en otros perros, puede pasar que tengan un cambio brusco en los horarios de sueño, y que caminen de un lado a otro, lloren y ladren durante la noche y pasen más tiempo durmiendo durante el día.
La disfunción suele empezar con un solo trastorno y progresa gradualmente hacia otros. Por ejemplo, en el caso de Max, un perro muy chiquito de 12 años de edad, la pérdida del entrenamiento que tenía dentro de la casa fue el primer síntoma, pero se siguió desarrollando hasta tener cambios en las interacciones sociales y otros síntomas.
Muchas formas de SDC, como la demencia y sobre todo el Alzheimer, son enfermedades que están apareciendo rápidamente y en gran parte están causadas por:
Como regla general, se recomienda que la nutrición de tu perro se la proporcione mayormente, o mejor aún totalmente, la comida real. Lo ideal es que sea orgánica para evitar pesticidas tóxicos, y que sean cosechadas localmente. Según la situación y la condición, sin embargo, podés llegar a necesitar uno o más suplementos. De igual manera, tenés que reducir la cantidad de exposición que tiene tu perro a toxinas, que pueden ir desde un sobreuso de productos de limpieza hasta los químicos de los tratamientos antipulgas comerciales y las vacunas.
Uno de los factores principales para el desarrollo de enfermedades y trastornos es la inflamación. Dar suplementos que estimulen la circulación y minimicen la inflamación puede ayudar a evitar el SDC o el inicio de síntomas adicionales.
La modulación de la inflamación y el estrés oxidativo se logran principalmente a través de los efectos de la microbiota estomacal sobre el eje intestino-cerebro, que, además del Sistema Nervioso Central (SNC) y el Sistema Nervioso Entérico (SNE), también incluye el sistema nervioso autónomo, el sistema neuroendocrino y el sistema inmunológico.
La conexión intestino-cerebro es muy importante para la salud, y hay numerosos estudios en los que se indica que la forma en que el intestino trabaja influye directamente en la salud cerebral a corto y largo plazo.
La importancia de la colina para la prevención de la demencia.
La colina es un precursor de la acetilcolina y es un nutriente esencial no solo para el cerebro y el sistema nervioso, sino también para la función cardiovascular.
Con la ayuda de las proteínas transportadoras, la colina se combina con el acetil coenzima A en la terminal neuronal para formar el neurotransmisor acetilcolina. Las cantidades adecuadas de colina tienen que estar disponibles en el cerebro todo el tiempo, para que las neuronas puedan funcionar apropiadamente.
Los huevos son una fuente primaria de colina en la dieta, con más de 100 mg de colina por cada yema de huevo, es una manera sencilla de asegurarse de alcanzar cantidad suficiente. Otras fuentes saludables de colina incluyen la carne de res alimentada orgánicamente, vísceras (como riñones e hígado), salmón salvaje de Alaska, pollo o pavo orgánicos. La suplementación, incluyendo el aceite de krill, es otra opción si te preocupa que tu perro no tenga suficiente colina.
Los antioxidantes incluyen nutrientes tales como las Vitaminas C y E y el Selenio. Ayudan a contrarrestar las moléculas inestables llamadas radicales libres.
Estos radicales libres (también conocidos como especies reactivas de oxígeno, ROS o ERO) se producen durante el metabolismo normal de las células y generan el envejecimiento y, si no se chequean, pueden causar enfermedades y trastornos.
Las toxinas como la polución y otros factores, como el sol (quemaduras de sol), también pueden aumentar la cantidad de radicales libres que se producen en el cuerpo.
En numerosos estudiosos sobre perros se ha demostrado que los alimentos enriquecidos con antioxidantes ayudan a reducir los efectos del envejecimiento que tienen que ver con las disfunciones cognitivas.
Los antioxidantes, ya sea a través de la dieta o de suplementos, también son importantes para los perros con SDC. Las Vitaminas A, C y E se pueden usar individualmente, pero para lograr el máximo efecto se tienen que dar juntas. Los ácidos grasos y la L-carnitina son buenos para el mantenimiento muscular también en los perros ancianos.
Mucha gente ha escuchado de los ácidos grasos Omega 3 en relación a sus propiedades antiinflamatorias y su uso para enfermedades de las articulaciones. Sin embargo, los ácidos grasos Omega 3 tienen muchas más utilidades y son nutrientes importantes para el desarrollo cerebral y su mantenimiento.
Se ha demostrado que las dietas suplementadas con un tipo de Omega 3 llamado DHA (ácido docosahexaenoico) puede mejorar el entrenamiento y la capacidad de aprendizaje de los cachorros. En investigaciones adicionales en las que usaron fuentes marinas de DHA, como pescado graso o azul y algas, se descubrió una mejora en la función cognitiva en perros ancianos.
El aceite de pescado otorga un beneficio adicional, ya que reduce la estimulación de células T en el tracto intestinal, que podrían tener que ver con el desarrollo de la inflamación y las respuestas autoinmunes. .
Al igual que algunos de los nutrientes mencionados anteriormente (como la Vitamina C), el cuerpo de un perro saludable sí puede sintetizar la fosfatidilserina. Sin embargo, también se puede encontrar en fuentes alimenticias. Los animales saludables pueden producir la suya propia y esta se haya en el cerebro, pero en distintas investigaciones se ha demostrado que la suplementación con fosfolípidos naturales, por ejemplo de yemas de huevo y krill, puede mejorar la cognición y la memoria en animales ancianos.
Los probióticos ayudan a mejorar la función cognitiva y a prevenir la demencia. Una de las investigaciones más impresionantes se publicó en la revista Frontiers in Aging Neuroscience en el 2016.
Durante doce semanas, a sesenta pacientes mayores diagnosticados con Alzheimer se les dio ya sea un placebo o un producto de leche probiótica con contenido de lactobacilos acidófilos, lactobacilos casei, bifidobacterium bifidum y lactobacillus fermentum.
"Los resultados del estudio fueron impresionantes. El grupo placebo tuvo un aumento de proteína C reactiva (PCR), el indicador de inflamación, de un impactante 45 %. En el grupo que tomaba los probióticos, por otro lado, la proteína C reactiva bajó un 18 %, lo que indica una drástica reducción en la inflamación.
Pero estas son las noticias verdaderamente fascinantes. A lo largo de las 12 semanas, los pacientes placebo continuaron debilitándose mentalmente, como era de esperarse… Pero el grupo con los probióticos que reducen la inflamación, de hecho, manifestaron… mejoras, percibidas con los puntos del MMSE (mini examen del estado mental), que fueron desde 8,67 hasta 10,57, y esa es una gran mejora.
Reiteramos, no solo frenó el deterioro mental, ¡sino que estos individuos recobraron función cerebral! La conclusión acá es que la inflamación está directamente determinada por la salud y la diversidad de la bacteria estomacal, y esto tiene consecuencias enormes en términos de salud cerebral, funcionamiento y resistencia a la enfermedad".
Los probióticos ayudan a mejorar la función cognitiva general y previenen la demencia, incluyendo el Alzheimer.
Según un estudio llevado a cabo en el 2017 por la revista científica Scientific Reports, la cepa Bifidobacterium breve A1 podría ser particularmente útil para el tratamiento del Alzheimer. A través de ratones modelo de la enfermedad de Alzheimer, los investigadores pudieron confirmar que la administración oral diaria de Bifidobacterium breve A1 redujo la disfunción cognitiva normalmente inducida por la beta amiloide.
Uno de los mecanismos detrás de estos efectos protectores resultó ser la supresión de cambios inducidos por beta amiloide en la expresión genética en el hipocampo. En pocas palabras, la bacteria tuvo un efecto de alivio sobre la toxicidad de la beta amiloide.
En un estudio del 2019 se descubrió que las ratas a las que se les había dado probióticos y prebióticos tuvieron un desempeño significativamente mejor en las pruebas de memoria espacial, y esta mejora se atribuye a los mayores niveles del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF).
El butirato (un ácido graso de cadena corta: AGCC) activa la secreción de factor neurotrófico derivado del cerebro o FNDC. Según los autores, la mejora también tenía relación con los "niveles reducidos de citoquinas proinflamatorias y mejores resultados electrofisiológicos en el hipocampo".
Esto los llevó a concluir que "los resultados indicaron que la progresión de la disfunción cognitiva sí se ve afectada por cambios en la microbiota inducidos por probióticos y prebióticos".
Con respecto a cómo nutrir el microbioma intestinal, lo mejor es hacer tu propio kéfir casero o vegetales fermentados, que le van a otorgar muchísima bacteria beneficiosa a tu perro. Hacé clic acá para ver recetas aptas para personas y perros. Lo bueno de esto es que los alimentos fermentados o los pre y probióticos se pueden empezar a dar a cualquier edad, para ver una mejora en la disfunción cognitiva de tu perro.
En la gente anciana que tiene niveles bajos de Vitamina B se notó una mejoría en la función cognitiva cuando se le administra un suplemento de Vitamina B.
La Vitamina B12 es necesaria para el proceso de formación de metionina, que pasa por la metilación para formar la S-adenosil metionina (SAMe). Cuando la formación de la SAMe es limitada, también se ve afectada la producción de fosfatidilcolina, mielina, melatonina y catecolaminas, así como las síntesis de ADN y ARN.
La SAMe ayuda a mantener la fluidez de la membrana celular y la función receptora, minimiza el movimiento de los neurotransmisores monoamina, y aumenta la producción de los antioxidantes endógenos.
Otra Vitamina B, la piridoxina (Vitamina B6), también es importante para el desarrollo cerebral normal, el funcionamiento y la salud neurológica, y es un cofactor en la síntesis de diferentes neurotransmisores, tales como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina.
En los estudios hechos tanto en modelos de laboratorio como en pruebas clínicas, se ha demostrado un efecto beneficioso de la nutrición para mejorar los signos clínicos del Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina (SDC) y disminuir la progresión de los trastornos cognitivos en perros.
Se comprobó que las dietas ricas en antioxidantes, como la Vitamina E, Vitamina C, selenio, L-carnitina, ácido alfa lipoico, flavonoide y carotenoides, ayudan a disminuir el deterioro de la función cerebral.
Los perros con Síndrome de Disfunción Cognitiva que se alimentaron con una dieta que tenía la misma combinación de aceite de pescado, antioxidantes, arginina y vitaminas B, pero que también contienen TCM, demostraron mejoras significativas en comportamientos anormales que se relacionaban con el SDC, luego de 30 días desde el comienzo de la intervención dietaria.
La mitocondria está formada por estructuras microscópicas que están en las células del cuerpo. Funcionan al tomar nutrientes y crear energía para que la usen las células. Lamentablemente, pueden crear más moléculas inestables de radicales libres durante este proceso.
Los científicos han descubierto que algunas sustancias pueden aumentar la eficiencia de la mitocondria para que se produzcan menos de esas moléculas inestables y dañinas.
Estas sustancias beneficiosas incluyen el aminoácido L-carnitina y el ácido alfa lipoico, que es otro tipo de antioxidante. Las buenas fuentes de L-carnitina son, por ejemplo, las carnes, pescados y productos lácteos, aunque también se encuentra en menor cantidad en las semillas, granos, nueces, la levadura de cerveza y en algunos vegetales, como el brócoli.
El ácido alfa lipoico se encuentra en las vísceras (hígado, corazón, riñones) y en menor cantidad en levadura y vegetales, tales como la espinaca.
Los flavonoides son estructuras bioactivas en las plantas y se los conoce porque tienen potentes propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Los investigadores en nutrición dicen que el estrés y la inflamación contribuyen a los trastornos cognitivos y que aumentar el consumo de flavonoides ayuda a reducir el riesgo de desórdenes cognitivos, ya que aumenta la circulación de sangre en el cerebro. Los alimentos con flavonoides para perros incluyen los arándanos, la espinaca, la kale y el perejil.
Los investigadores descubrieron que los ancianos que comían hongos dos veces por semana tenían un 50 % menos de probabilidades de desarrollar un deterioro cognitivo leve (DCL), y en el 2017 se descubrió que los hongos tienen niveles increíblemente altos de dos potentes antioxidantes antienvejecimiento.
En una investigación que se hizo durante 6 años, los investigadores descubrieron que los ancianos que comían solamente 2 porciones de hongos cocidos por semana tenían la mitad de probabilidades (en comparación con los que comían hongos menos de una vez por semana) de tener deterioro cognitivo leve (DCL). Hallaron que incluso una sola porción pequeña de hongos por semana de unos 150 gramos podría seguir siendo beneficial para reducir las probabilidades de DCL.
La investigación tomó en cuenta seis hongos conocidos, incluyendo enoki , gírgola, shiitake, champiñón común, y también hongos secos y enlatados.
"Las deficiencias en la vitamina folacina, en la B12 y la B6 están relacionadas con la disfunción neurológica y psicológica… En los ancianos, los trastornos cognitivos y la demencia incidente podrían estar relacionados con la alta frecuencia de niveles inadecuados de vitamina B y con ascensos de homocisteína en el plasma".
Los nutrientes necesarios para mejorar la función cognitiva incluyen el potasio, la Vitamina D, la Vitamina B1 y B6 y el manganeso. "También se estudió la SAMe para ayudar a tratar las disfunciones cognitivas en perros y gatos".
Las cantidades saludables de B12, ya sea de fuentes animales como la carne, el pescado, la leche, el queso y los huevos o de suplementos, puede ayudar a disminuir el deterioro de la función cerebral.
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En el mercado hay una gran variedad de medicaciones, suplementos y dietas especiales comerciales para ayudar a reducir los efectos del SDC, pero no hay una cura. El pronóstico a largo plazo va a depender de la severidad de los síntomas, del grado de deterioro del perro y de su calidad de vida. Nunca es una decisión fácil de tomar para los dueños, pero cuando la calidad de vida de una mascota se ve severamente afectada, puede ser necesario tomar decisiones duras.
La mejor opción es ayudar a tu perro a través de medidas de prevención, tanto en los inicios como en la continuación cuando empiecen a desarrollarse más síntomas.
Uno de los tratamientos más importantes que le podés dar a un perro es el acceso a una dieta de comida real. Como se sigue demostrando en numerosos estudios, una dieta saludable tiene un impacto increíblemente positivo en el cerebro, ya que el tipo de bacteria estomacal se correlaciona directamente con la función cerebral.
Hablá con tu veterinario holístico y armen un plan adecuado para tu perro, pero también puede ser necesario el consumo de suplementos para ayudar, como B12, probióticos, etc. Además, hay que reducir el estrés y la exposición a toxinas, y realizar ejercicio regularmente para ayudar la función cerebral. Las rutinas normales diarias para un perro, como caminar y jugar, son buenas para el manejo general del SDC. También se sabe que la acupuntura ayuda a aliviar algunos de los aspectos físicos del SDC.
Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina (SDC). ¿Qué es la Disfunción Cognitiva Canina?El Síndrome de Disfunción Cognitiva Canina hace referencia a un problema neuroconductual que mayormente afecta ...
— Authentica Pets (@authenticapets) May 21, 2020
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Recursos
1. Salvin HE, McGreevy PD, Sachdev PS, et al. Under diagnosis of canine cognitive dysfunction: A cross-sectional survey of older companion dogs. Vet J 2010;184:277-281.
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